Una flor cuyo nombre es una apelación a la memoria se suma a la lista de las que se entregan a los muertos amados, aunque no precisamente el 2 de noviembre, sino pasadas las fiestas, en primavera y en verano, porque en la eternidad del amor, los ausentes; que no distinguen marcas en el tiempo, nos visitan cada día.
La flor de no me olvides (myosotis) es pequeña y azul; crece en Europa, Asia y América del Norte. Su nombre en latín es non te obliviscar (no te olvidaré) y simboliza la lealtad más allá de la vida.
La leyenda de no me olvides: la flor de los amores trascendidos
Según la leyenda alemana, un caballero y una doncella paseaban a orilla del río Danubio. A lo lejos, ella alcanzó a ver la llamativa flor azul y le pidió a él que fuera a cortarla y se la entregara.
Por accidente, el hombre cayó al agua y antes de ahogarse, mostró a la joven la flor azul en su mano. Luego desapareció y la flor se convirtió en símbolo de los vínculos que trascienden la vida.
Representaciones de la flor de no me olvides en la literatura y el arte
La flor de no me olvides ha sido representada en numerosas obras de arte. Se dice que Lord Byron, poeta romántico inglés, la utilizó para simbolizar el sentimiento de la pérdida de la vida y la esperanza de permanecer en la memoria de otros.
Probablemente, la referencia venga del poema que se lee en algunas traducciones con el título de Canción del corsario, donde el poeta, consciente de la propia muerte, que en el poema se siente próxima, revela el secreto del amor que lo habita: “Ardiendo en lenta llama, eterna pero oculta”.
Y pide a la amada que, estando muerto, lo recuerde:
¡No me olvides!… Si un día pasaras por mi tumba,
tu pensamiento un punto reclina en mí, perdido…
la pena que mi pecho no arrostrara, la única,
es pensar que en el tuyo pudiera hallar olvido.
Por su parte, el pintor italiano Sandro Botticelli incluyó la flor de no me olvides en “La Primavera”, una obra creada alrededor de 1482, que está llena de símbolos y referencias mitológicas.
En “La Primavera”, Botticelli sueña un jardín donde los dioses caminan entre las flores, invitándonos a presenciar una conjunción de belleza y misterio.
En este contexto, aunque la flor de no me olvides no es un elemento central, sino que aparece entre las 200 especies identificables en el cuadro, nuevamente aporta el simbolismo del amor eterno, expresado en la renovación de la vida.

La flor de no me olvides en la masonería
Dentro de esta sociedad secreta, el uso de la flor de no me olvides como elemento simbólico en la indumentaria, remite a una leyenda bíblica.
Dicen que cuando Dios creó todas las flores, se olvidó de ponerle nombre a esta. La pequeña flor le pidió una y otra vez que no la olvidara.
Sin embargo, el Creador, absorto en su tarea, no la oyó. Cuando terminó, quiso remediarlo, pero era demasiado tarde: todos los nombres estaban puestos. Y así quedó bautizada para siempre:
No tengo nombre para ti, pero te llamarás “no me olvides”. Y por colores te daré el azul del cielo y el rojo de la sangre.
En este sentido, la flor de no me olvides representa la fraternidad entre los miembros de la orden masónica, que, como el amor eterno, desconoce los límites espacio temporales.
@caarlasupertramp el paraíso de las flores no me olvides 🫶🏻 #ccp #conce #forgetmenot #forgetmenotflowers ♬ Falling Behind - Laufey
Para esta y más información, síguenos en nuestras redes sociales. En Facebook nos encuentras como TV Azteca Ciudad Juárez, vía Twitter @AztecaJrz. Instagram @tvaztecaciudadjuarez en TikTok @tvaztecaciudadjuarez o también visita más notas en nuestro sitio https://www.aztecaciudadjuarez.com/